Nuestra filosofía de trabajo desde el primer día ha sido hacer botas de montaña con la máxima calidad y tecnología posible, siempre incorporando los mejores materiales y diseños, y estamos convencidos que es una política correcta en el corto, medio y largo plazo.
Para Bestard hacer una bota técnica de calidad tiene dos dimensiones muy distintas pero igual de importantes:
Para asegurar que cumplimos con estas dos metas, funcionamos con una serie de controles de calidad externos e internos, así como de los productos y de la fábrica.
Antes de describir cada tipo de control que realizamos te vamos a dar el resultado:
De todas las botas que vendemos en un año, recibimos tan sólo un 0,4% en devoluciones por defecto de producto: ¡todo un record!
(Y de este 0,4% les devolvemos al cliente las botas reparadas o sustituidas)
Antes de empezar a fabricar un nuevo producto en serie, el prototipo debe pasar los siguientes filtros del control de calidad:
una serie de prototipos de la nueva bota es enviado a montañeros profesionales, y es sometida a pruebas reales durante expediciones en condiciones extremas. En caso de que se encuentren fallos técnicos o de calidad la bota será modificada, hasta que hayamos llegado a la bota que queremos.
todos los nuevos productos que llevan el forro de Gore-Tex® tienen que ser probados y certificados por el laboratorio de Gore. La bota así como todos sus materiales y componentes tienen que cumplir con unos requisitos mínimos de Gore en cuanto a una impermeabilidad duradera, transpiración, abrasión etc etc.
Para asegurar que ninguna bota salga defectuosa del proceso de fabricación realizamos los siguientes procesos de control de calidad:
Antes de montar la bota, el botin Gore-Tex es inflado a presión y sumergido en agua. Unos sensores electrónicos detectan el más mínimo desperfecto en la membrana o en su costura termosellada.
En cada estación de trabajo cada bota es sometida a un rígido control óptico por parte del operario. Finalmente, una vez acabada la bota, revisamos la piel, desgaste, costuras hasta el ultimo detalle. Aquí no permitimos salir ninguna bota con el más mínimo fallo estético o funcional.
Para controlar que la fábrica siempre mantiene la misma calidad en los productos, que se definió en su diseño original, escogemos continuamente productos al azar de la producción para realizar las siguientes pruebas:
Cada bota realiza 500.000 flexiones dentro de agua (equivalente a 750 kms. caminando en agua) y sensores electrónicos detectan cualquier anomalía de la bota.
Una centrifugadora de alta velocidad se encarga de comprobar la estanquidad y impermeabilidad interna de la bota..