Ciclomontañismo Andino con la Bestard Trek Alpine FF

Ciclomontañismo Andino con la Bestard Trek Alpine FF: Proyectos soñados

Textos y fotos por Juanjo Alonso «Kapi»

Cuando era un chaval coleccionaba los tebeos del Capitán Trueno, el Jabato, el Guerrero del Antifaz y el resto de “super héroes” de papel de aquella época, eran mis ídolos, con ellos viajaba por mares desconocidos a reinos perdidos y vivía aventuras que solamente podía imaginar en sueños, estaba hechizado por aquellos personajes invencibles, aunque estaban cargados de connotaciones de la época como el machismo, la violencia de género y la marginación de las mujeres que ahora sería impensable encajar en la cultura actual, pero entonces tenía diez o doce años y todo eso estaba fuera de lugar en mi universo infantil, devoraba una y otra vez aquellos tebeos de medio folio, especialmente los cómics del Capitán Trueno y sus compañeros de peripecias Goliath, Crispín y la bella Sigrid.

Cada vez que salgo de viaje o inicio una expedición por nuevas cordilleras, desiertos desconocidos o territorios que visito por primera vez me siento como aquellos ídolos de la infancia, intento imaginar mundos y aventuras donde todavía hay cabida para la evasión, el descubrimiento y los desafíos personales rozando los límites físicos y mentales de cada uno, porque sin cambiar de camino siempre llegamos al mismo sitio. En los viajes de aventura es fundamental salir de la huella y con todo el sentido común posible intentar llegar un poco más lejos y un poco más alto, es la mejor forma de llenar de intensidad cada instante de la vida. Y por eso las montañas me tienen completamente seducido, siempre hay posibilidad de marcar nuevos retos para vivir momentos emocionantes y experiencias únicas.

Dejando al margen el romanticismo de un niño soñador que lleva varias décadas persiguiendo a sus héroes de la infancia por las cordilleras del planeta, no dejo de buscar nuevos desafíos. El nuevo proyecto que acabo de comenzar es hacer las 14 cumbres principales más altas de los andes bolivianos, los 14 techos andinos que superan los seis mil metros de altitud en el país de los volcanes, los salares y los altiplanos. Y entre cumbre y cumbre recorrer en bicicleta de montaña los paisajes de un territorio único por comunidades que mantienen rasgos de culturas ancestrales, un montañismo limpio y sostenible por un país perfecto para el ciclomontañismo, combinando el mejor cicloturismo de montaña con ascensiones fabulosas en cimas de seis mil metros por todo tipo de terrenos, hielo glaciar, penitentes, laderas de arenas volcánicas, pendientes de 60 y 70 grados y crestas de nieves eternas sobre los bellos paisajes de los horizontes andinos.

Material

Un desafío importante en esta expedición ha sido la elección del equipo, siempre buscando el equilibrio ideal entre peso/volumen y eficacia porque cargo con todo el material desde la primera pedalada, incluido el equipo de alta montaña, la ropa de altitud, los crampones, el piolet y los bastones. Y por supuesto el calzado, tenía que llevar unas botas ligeras y cómodas para las etapas de bici y suficientemente rígidas, cramponables y aislantes para mantener los pies calientes en las cumbres. Y elegí la Bestard Trek Alpine FF. En la bici coloqué un pedal de plataforma para enduro sin calas con pasadores metálicos que facilitan el ajuste de la suela de la bota al pedal, favoreciendo un pedaleo redondo y eficaz sin perder el control.

La Aventura

La aventura ciclomontañera comenzó en Arica, al norte de Chile, y el plan era pedalear por los desiertos y las rutas andinas de la precordillera chilena unos días aclimatando hasta la frontera de Bolivia, a unos 4.800 metros de altitud, cerca del bello lago Chungará. Después seguía hasta la comunidad de Sajama y allí planificaría las ascensiones de las cumbres de seis mil metros que tenía previstas dentro del proyecto de los 14 techos de Bolivia. Y todo salió bastante bien. Arica está en la orilla del Pacífico y hasta Sajama salieron unos 400 kilómetros y más de siete mil metros positivos de ascensión. En la subida dejé la incómoda ruta directa que atraviesa los Andes desde Arica hasta la ciudad de La Paz y elegí caminos secundarios por la Ruta de las Misiones y la Ruta del Desierto, que rodean bastante pero también confluyen en la frontera boliviana siguiendo itinerarios más solitarios por pueblos aymaras dedicados principalmente al cuidado de rebaños de llamas y alpacas. Fueron días de cicloturismo muy intenso, con vivacs a cuatro mil metros complicados por el frío nocturno que podía bajar hasta los 15/20 bajo cero, todo se congelaba al amanecer y recoger el campamento y comenzar a pedalear era el momento más duro de cada día, cuando llevar buen equipo es fundamental. La Bestard Trek Alpine FF iban fenomenal, en esos días usaba simplemente un calcetín de ciclismo de hilo de cobre y siempre llevaba los pies calientes. Es un modelo de bota de la línea Fast Forward, adaptada al modelo Fast & Ligth del alpinismo actual, y es muy agradable sentir tanta protección en los pies con un peso bastante ligero. En parte también porque el sistema Close Fit System de la caña apenas comprime el tobillo durante la actividad.

Y así, acostumbrando a las células a trabajar con un oxígeno escaso y frío, atravesé la frontera de Chungará-Tambo Quemado cumpliendo con los requisitos COVID correspondientes. Atención viajeros, en Chile son bastante exigentes con el protocolo y conviene llevar el papeleo bien cumplimentado. En Bolivia es suficiente el certificado de vacunación actualizado. Y por fin Sajama, pasé el control del parque nacional y llegué a la aldea al atardecer con un vendaval de cara tremendo. Allí el viento siempre sopla en la misma dirección, unas veces planeaba sobre el altiplano a cuarenta kilómetros por hora sin dar pedales y otras iba más deprisa caminando. Era igual, estaba rodeado de los grandes volcanes bolivianos, las pirámides blancas que estaba harto de ver en fotos y vídeos y estaba a su lado, a los pies del gran Sajama (6.542 m), la cumbre más alta de Bolivia, provocando emoción, dudas, miedos, inquietud…

Enseguida encontré un grupo de cuatro montañeros que subían el Acotango (6.052 m) el día siguiente y me aceptaron como polizón improvisado. Llegaba el momento de probar la Bestard Trek Alpine FF en otro terreno, en el ambiente para el que habían sido diseñadas. El Acotango es una de las cumbres de Sajama que se usa para aclimatar, la ruta normal no tiene dificultad técnica y por la altura entra en el catálogo de los seismiles bolivianos sin necesidad de alcanzar gran altitud. En los Andes cada cien metros positivos por encima de seis mil metros son muy exigentes, especialmente en Sajama por la sensación térmica inhumana que provoca el viento. La ascensión me gustó mucho, la aclimatación en bicicleta por la precordillera chilena había funcionado y pude disfrutar cada instante plenamente. Y los pies siempre calientes, las botas también respondían en altitud, pensaba que al sacrificar aislamiento a favor de la ligereza podía perder confort y protección, pero en ascensiones de un día en alta montaña iban perfectas. En las cimas de Sajama llevaba un calcetín fino primera capa de merino y uno de alta montaña de lana merino con fibra Seaqual y fue suficiente. La Bestard Trek Alpine FF es semirígida, para crampones semiautomáticos y llevan el sistema de atado quick-lock, completando una serie de prestaciones que enamoran cuando cumplen su función.

El grupo de montañeros del Acotango no estaba bien aclimatados, dos se dieron la vuelta en el camino y otro llegó hasta la cima muy justo de fuerzas, pasando una auténtica penitencia en el descenso. Tenían previsto hacer después el Parinacota (6.320 m) pero en vista de las penalidades que pasaron decidieron cambiar de planes y hacer trekking por la zona para aprovechar el tiempo. El Parinacota es una de las grandes cimas de Sajama y una de las cumbres más expuestas al viento. Y también estaba en mi lista, pasé un par de días de recuperación y preparé la subida con un guía local en una jornada. Las previsiones de viento anunciaban rachas de 60/70 kilómetros por hora en la cumbre, el límite que tienen allí los guías para desaconsejar la ascensión. Y como era el límite decidimos intentarlo, fueron siete horas de subida fascinante combatiendo un viento insoportable que intentaba doblegar nuestra voluntad en cada instante, sobre todo cuando termina el muro de cenizas volcánicas y comienza la ascensión por los penitentes de hielo que forman el gran merengue blanco de la cumbre, quinientos metros positivos inolvidables por un muro de hielo que parecía interminable hasta la cumbre del enorme cráter que forma la cumbre. En esta ocasión llevaba el mismo juego de calcetines pero puse cubre botas de neopreno en la Bestard Trek Alpine por si acaso, hacía bastante más frío que en el Acotango, y los pies no pasaron frío, ni tampoco calor, estuvieron en el límite.

Conclusiones

En resumen estoy muy contento con las botas, resultaron útiles, eficaces y seguras en todo momento. Y las usaré de nuevo en otras expediciones ciclomontañeras y grandes cimas. En las etapas de bici estaba prácticamente seguro que irían bien, no hay nada más que verlas, tocarlas y leer las especificaciones, pero en alta montaña tenía dudas porque las temperaturas en esta época pueden rondar los 20/25 bajo cero en las cumbres de Sajama. Mi opinión es que han respondido bien porque han sido ascensiones de un día sin incidentes. No soy persona de estar mucho tiempo parado y siempre he podido mantener los pies calientes con la actividad. Hay que interpretar bien los comentarios y análisis que hago de este modelo en la historia que acabo de contar. En este caso llevaba una idea clara y determinada de hacer las cumbres por mi estilo ciclomontañero del viaje y la época del año, allí acaba de entrar el invierno, el clima es frío y seco, con escasas precipitaciones y temperaturas muy bajas. Hay que estar parado el menor tiempo posible porque el viento es devorador. Dudo que este modelo sea el más recomendable de Bestard en expediciones que obliguen a estar varios días en altitud, durmiendo en campos de altura, donde hay descalzarse para dormir y sería mejor llevar un modelo con botín interior o botas más gruesas.

Todo lo que cuento es una experiencia personal y subjetiva que se debe interpretar de forma objetiva, valorando lo que cada uno puede encontrar útil y práctico según su estilo de hacer montañismo. La montaña siempre tiene la última palabra y cualquier decisión o idea preconcebida es inútil sin el permiso de las cumbres, ellas son las únicas maestras en su reino libre y salvaje.

Juanjo Alonso “Kapi”