Bestard Guepard GTX por Sergio Fernández Tolosa
“Tras calzarlas por toda clase de caminos y senderos de media y alta montaña, he constatado que, pese a su nombre, las Bestard Guepard no te convierten por arte de magia en un la criatura terrestre más rápida del reino animal. Con un drop conservador, un agarre y adherencia excepcionales, una eficaz protección de la planta del pie y una notable capacidad de amortiguación, el terreno ideal de las Bestard Guepard GTX me recuerda más al del lobo, un ser todoterreno e incansable que caza no por velocidad punta, sino por desgaste”.
A continuación, compartimos un extracto de la completa review que ha publicado Sergio Fernández Tolosa en su web Con un par de ruedas.
PRIMERAS IMPRESIONES
Al tener las Bestard Guepard GTX en las manos, el aspecto que llama más la atención –al margen del gran emblema de Gore-Tex™ desplegado en la cara interna– es su poderosa y robusta media suela. Su consistencia augura buena protección al aterrizar sobre piedras y facilitará las ascensiones en terrenos abruptos, escalones, etc.
Por otra parte, un cuello y una talonera claramente reforzados ayudan a perfilar una zapatilla montañera. Un calzado idóneo para corredores que anteponen la amortiguación, la estabilidad y la durabilidad a la ligereza.
En este sentido, en mi balanza, las Bestard Guepard GTX en talla 47 EUR dan un peso de 465 gramos por pie. En talla 42 EUR, según el fabricante, el par completo pesa 814 gramos.
MOMENTO DE MOJARSE (O NO)
Una característica clave de las Guepard GTX es precisamente la membrana Gore-Tex™ Most Breathable. Aunque implique un mayor peso –en talla 47 son 85 gramos de diferencia por pie respecto a las Guepard sin Gore-Tex–, si vives en entornos fríos y corres por zonas con arroyos, barro, charcos, hierbas altas y arbustos que almacenan rocío, el Gore-Tex es la mejor garantía para mantener los pies secos.
Otro importantísimo detalle es el ojal extra del sistema de atado, típico de las zapatillas de correr. Con él se logra una mejor sujeción, se gana estabilidad y se evita que el pie se deslice hacia delante en las bajadas pronunciadas.
En cuanto a la horma, es razonablemente ancha (mi pie es especialmente ancho). Por su parte, la zona de los dedos es ligeramente apuntada, pero la caja es alta, por lo que deja espacio suficiente a la uña del dedo gordo. Además, toda la puntera está reforzada y protegida.

SUELA VIBRAM® CON MEGAGRIP
La suela Vibram® con compuesto Megagrip vaticina un excelente agarre en terrenos mixtos y adherencia inmejorable en roca, incluso en sectores mojados.
En este caso, el taqueado es prominente, aunque no extremo. Los tacos tienen forma de V, están bastante separados entre ellos y orientados para retener en bajada, traccionar en subida y mantener el agarre lateral en sectores ataludados.
La suela constituye una amplia plataforma, sin división entre el antepié y el retropié. Hay dos ranuras de flexión que se cruzan en la zona del talón, donde son más profundas. En el resto de la planta, la longitudinal es muy superficial. Al probar la capacidad de torsión de estos ejes, con la fuerza de las manos me resulta casi imposible doblarlas. Son realmente rígidas. Bajo el peso del cuerpo sí que actúan, adaptándose al terreno, sobre todo cuando aterricemos sobre el talón.
DROP CONSERVADOR
Mis mediciones del stack height –totalmente caseras, es decir, sin cortar las zapatillas en canal– me han dado un grosor aproximado de 40 mm en el talón y 30 mm en el metatarso (incluyendo suela, media suela y plantilla). Estas medidas situarían las Guepard GTX en la categoría de las zapatillas maximalistas. En cuanto al drop, Bestard lo sitúa en 8 mm, pero la verdad es que sobre el terreno ofrecen un comportamiento similar a zapatillas con drops más altos.
Para quien no esté familiarizado con estas especificaciones, quizá sea útil señalar que drops así se suelen recomendar para corredores taloneadores, carreras de recuperación a ritmos suaves, pruebas largas, atletas de cierto peso –o con mochila– y los que buscan un extra de amortiguación y/o mayor protección respecto al terreno.
El beneficio más indiscutible de un drop alto es que reduce el estrés en los gemelos, sóleos y tendón de Aquiles. También ayuda en las subidas. Por contra, en bajadas muy pronunciadas, un drop elevado puede provocar la sensación de que la pendiente es aún más fuerte y dificultar el aterrizaje con la parte delantera del pie, sobre todo si estamos acostumbrados a correr con drops bajos.
SOBRE EL TERRENO
Ya en la primera salida con las Guepard GTX se confirman los buenos presagios en cuanto a agarre y tracción de la suela. La Vibram Sphike con Megagrip responde perfectamente en firmes blandos, tierra compacta, roca seca, roca húmeda, hierba… Dan mucha seguridad, tanto en llano como hacia arriba y hacia abajo.
En la primera ascensión larga –unos 180 metros de desnivel en menos de 1 km de recorrido–, constato que las Guepard GTX suben muy bien. En rampas muy pronunciadas –más del 15%–, la firmeza de la media suela ayuda significativamente. El drop y los refuerzos del cuello y la talonera también cooperan en este sentido.
En llano y bajadas suaves se corre fácilmente aterrizando con la parte media-delantera. Esto resulta más difícil en bajadas muy pendientes, donde me queda claro que las Guepard están pensadas para corredores acostumbrados a talonear. El nivel de amortiguación en esa zona posterior me ha parecido más que satisfactorio.
El sistema de atado sujeta perfectamente y los cordones aguantan durante toda la sesión sin aflojarse sin necesidad de doble lazo.
MEDIA MONTAÑA
La siguiente salida fue también por firmes abruptos y empinados, pero a un ritmo más sosegado. Nos fuimos de pícnic hasta la panorámica cumbre de Nabaín. Caminando, las Guepard GTX ofrecen una pisada acolchada –pero no súper blanda– y un excelente agarre. Es una zapatilla muy apta para este tipo de actividad, aunque para sacarles partido, lo suyo es caminar rápido en subidas y, si apetece, dejarse llevar en las bajadas.
El resto de salidas han sido casi siempre por terrenos similares. Lo que cambió fue la meteorología y, por ende, el estado del firme: barro duro, escarcha y hielo a primera hora, lodazales por las tardes… En las sesiones bajo cero de la mañana, es un gusto poder cruzar arroyos poco profundos, alternar sectores caminando, realizar ejercicios de técnica de carrera, disfrutar de breves aceleraciones en llano, trotar cuando el frío aprieta y llegar a casa con los pies secos.
El perfil alto en el calzado no es para todo el mundo, pero en este caso el resultado es muy estable. En pista y caminos he tenido buenas sensaciones al trotar a ritmos suaves o medios. Y el drop alto realmente resta tensión en la musculatura de las pantorrillas. Además, esa considerable capa de material es la responsable de una de las grandes bazas de las Guepard: poder caminar y correr sobre piedras puntiagudas sin que la planta de tu pie las note en absoluto.
Sergio Fernández Tolosa